C.A.P
- Manolo Borrego
- 14 mar 2016
- 3 Min. de lectura
El Club de Accionariado Popular (C.A.P.) Ciudad de Murcia es el primer equipo en establecerse bajo la condición de entidad autogestionada por los aficionados.

En 1990 el gobierno de Felipe González aprueba la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, un nuevo tipo de sociedad anónima de responsabilidad limitada, con carácter mercantil y encabezada por un accionista mayoritario. Dicha Ley obligó a convertirse en S.A.D a todas aquellas entidades que participaban en competiciones que la propia Ley consideraba como profesionales, concretamente la 1ª y 2ª división de fútbol y la ACB de Baloncesto. Según la legislación, se pretendía mejorar la transparencia económica de las empresas que actuaban en el deporte profesional español así como buscar salidas a bolsa de dichas sociedades. Remitiéndonos al presente, podemos afirmar que dicha Ley ha sido una de las mayores lacras para nuestro fútbol. Desde su aprobación, la deuda de los equipos profesionales ha ido aumentando de forma considerable y muchos no pueden hacerle frente, lo cual no les deja otra salida que poner su equipo en manos de un magnate empresarial que lo maneja a su conveniencia.
Rompiendo el cliché de las S.A.D, en septiembre de 2010, un grupo de aficionados del Ciudad de Murcia, una de las principales víctimas del fútbol negocio, dan una auténtica “lección de fútbol”. Ponen en marcha un modelo de gestión y organización totalmente revolucionario y novedoso en España: el Accionariado Popular. El término resulta de la traducción al castellano del nombre italiano con el que se conoce a la Public Company inglesa, l´azionariato popolare. La Public Company llega al fútbol en 2002, cuando aficionados del Wimbledon F.C fundaron el A.F.C Wimbledon ante la marcha de su equipo a Buckinghamshire. El nuevo club fue levantado por las manos de los propios hinchas, cimentado sobre un modelo de autogestión. Los siguientes en dar una patada al fútbol mercantil fueron los Red Rebels, un sector de seguidores del Manchester United que no aceptaron que unos empresarios americanos se hicieran con las riendas de su equipo, por lo que decidieron fundar el FC United of Manchester. Ambos clubes son los referentes de este modelo de organización, que llega a Murcia bajo las siglas C.A.P, Club de Accionariado Popular, y del que todavía muchos no conocen en qué se fundamenta.
En el Accionariado Popular se otorga un papel activo al aficionado, el cual pasa de ser un simple abonado del equipo o “accionista” sin poder de decisión, a formar parte de la propiedad y la gestión de su club sin que ningún otro tenga más o menos voto que él. Sólo se puede comprar una acción por persona, la cual da derecho a un voto, por lo que las decisiones adoptadas por los miembros se tomarán en base a un voto por cabeza. De esta forma, el club se convierte en un colectivo sin fines de lucro pues todas las ganancias son reinvertidas en el propio equipo, dejando a un lado el mercantilismo y los intereses personales. El Accionariado Popular suele estrechar fuertes lazos con la comunidad local, el patrocinio de la PYMES es fundamental ya que un equipo que se rija bajo este modelo de gestión no puede depender de los ingresos de una gran empresa; si esta desaparece el club también lo hace. Además, se apuesta por la cantera, una de las mejores formas de luchar contra el fútbol moderno.
Actualmente, el C.A.P Ciudad de Murcia ocupa el octavo puesto en la Tercera División de la Liga Española, tras conseguir el ascenso en la pasada campaña. Jornada tras jornada, equipo y afición demuestran ser un claro ejemplo de la esencia de este deporte. El amor a unos colores está por encima del dinero.
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