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4 años pidiendo justicia para Iñigo Cabacas

  • Iker Lizarralde
  • 3 mar 2016
  • 4 Min. de lectura

El joven aficionado del Athletic falleció a causa del disparo de una pelota de goma y tras cuatro años, aún no se ha hecho justicia por aquella muerte.




La noche del jueves, 5 de Abril de 2012, Bilbao estaba en un sueño. El Athletic había eliminado en cuartos de final de la Europa League al todo poderoso Schalke 04 de Raul. Todo Bilbao se echó a las calles a celebrarlo y miles de personas abarrotaban la calle Licenciado Poza, lugar de reunión de los aficionados del Athletic, para festejar el valioso pase de los leones a semifinales. La gente estaba eufórica por los logros que estaba cosechando el Athletic en ese maravilloso año 2012.


Entretanto, muchos de los aficionados del Athletic estaban celebrando con sus amigos y familiares el triunfo de su equipo en la plazoleta de María Díaz de Haro, lugar donde se encuentra el Kirruli Kultur Elkartea y el Okbtoberfest. Alrededor de las 23 horas se produjo una pelea entre un grupo de aficionados del Athletic que no fue a más, en ese momento, SOS Deiak recibió varias llamadas informando de dicha pelea. Entonces, la Ertzaintza acudió al lugar de los hechos y comenzó una carga injustificada y desproporcionada en la zona de la herriko taberna de Indautxu, abarrotada por cientos de aficionados que estaban celebrando la victoria del Athletic sin provocar ningún altercado.


La Ertzaintza comenzó disparando pelotas de goma hacia la plazoleta, una autentica ratonera debido al estrecho túnel que hay al final de la misma. En ese instante, la plazoleta se convirtió una batalla campal y a pesar de que los ertzainas allí presentes señalaran que la situación estaba controlada y no era necesaria ninguna carga, los agentes recibieron la orden de ‘entrar con todo en el callejón’.


Una de las pelotas de goma que disparó la Ertzaintza alcanzó a Iñigo y le ocasionó un edema cerebral que más tarde le provocaría la muerte. Sus amigos no podían creerse lo que estaban viendo y no se percataron de la gravedad de la situación. "Tranquilo Iñigo, saldrás de esta" le decían, mientras Iñigo yacía en el suelo. Una ambulancia lo trasladó hasta el hospital de Basurto donde más tarde fallecería. Después de estar tres días en estado muy grave y en coma, se le retiró la sedación mecánica y falleció.


En todo momento existieron dos versiones de los hechos totalmente contradictorias, una la de los amigos que estaban en el lugar donde Cabacas falleció, y otra de la Ertzaintza. Desde el momento en el que la pelota de goma alcanzó la cabeza de Cabacas la información llegaba a cuentagotas a la sociedad y las versiones se contradecían. Fuentes de la Ertzaintza señalaron que no fue el disparo de una pelota de goma la que provocó la muerte de Iñigo Cabacas, mientras que los amigos y familiares de Cabacas afirmaron que fue el golpe propiciado por el proyectil la que le ocasionó la muerte.




Semanas más tarde, la autopsia señalo que, como los familiares y amigos señalaban, "Iñigo Cabacas falleció a causa del disparo de una pelota de goma lanzada a escasos metros de distancia." Durante esos días, la actuación de la Ertzaina estuvo en el punto de mira y los padres de Iñigo pidieron que "se abriera una investigación imparcial y se asumieran las responsabilidades." Los amigos y familiares de Cabacas organizaron diversas manifestaciones y actos en su memoria para pedir, una y otra vez, justicia. Tan solo eso.

Desde el mismo día de los altercados en la zona de la herriko taberna de Indautxu, la Ertzaintza abrió una investigación judicial para esclarecer lo ocurrido y determinar quién fue el culpable de la muerte de Cabacas. Un mes después, Rodolfo Ares, Consejero del Interior del Gobierno Vasco, señaló que asumiría "cualquier tipo de responsabilidad política y judicial".


Sin avances… hasta la filtración de las conversaciones de la Ertzaintza.



Transcurrieron los meses y, mientras el proceso judicial estaba estancado, los padres y familiares de Cabacas continuaron pidiendo justicia para su hijo. Por otro lado, la Ertzaintza decidió adoptar un pacto de silencio en torno al agente que dio la orden directa de entrar en el callejón.


Apenas un año más tarde del incidente, el periódico GARA tuvo acceso a las conversaciones entre los agentes que se encontraban en el lugar y ‘Ugarteko’ el mando de la policía de la Comisaría de Deustu. Se trata de diecisiete conversaciones producidas en apenas once minutos. Aclaran muchos puntos hasta ahora ocultos, además de dejar en evidencia la versión oficial que intentó centrar la atención en un incidente anterior y sembrar dudas sobre qué había malherido a Cabacas. Además de ratificar que la carga -en realidad dos, aunque la última mucho más brutal- se produjo cuando la zona estaba tranquila, se prueba que el máximo responsable del operativo supo en cuestión de segundos que el herido grave producido por la segunda carga había sido víctima de un pelotazo. Al menos dos ertzainas se lo transmitieron.


Hoy mismo, casi 4 años después de la muerte de Cabacas, hemos sabido que Ugarteko ha demandado a la abogada de la familia Cabacas, a GARA y a NAIZ la cantidad 777.000 por daños y perjuicios por la grabación difundida y por la identificación de quien ordenó «entrar con todo»…


La gran mayoría de la sociedad vasca se mostró en contra de la actitud de la policía autonómica vasca y condenó lo ocurrido aquella noche del 5 de abril. Una vez más, quedó demostrada la impunidad de unos pocos aunque ellos mismos reconocieran su culpabilidad. La cuestión es sencilla: Justicia para Iñigo Cabacas.




En homenaje a Iñigo Cabacas.

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